Principios basicos y generales para escudriñar la palabra de Dios (by Walter Henrichsen)

Principio Nº 1
Partimos del supuesto de que la Biblia tiene autoridad

El problema de la autoridad de la Biblia se vincula a menudo con el asunto de la inspiración de las Escrituras. Uno no puede someterse a la autoridad de la Biblia si esta no es la Palabra inspirada de Dios. Justamente este punto salió a relucir en cierta ocasión durante el ministerio de Jesucristo sobre la tierra. Nos dice el relator que Cristo enseñaba "como quien tiene autoridad" (Mateo 7: 29). ¿Pero en qué se basaba esa autoridad? ¿Cómo podemos saber si en verdad es el Cristo, el enviado de Dios, que dice ser? En respuesta a estas acuciantes preguntas Jesús dijo: "El que quiere hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doc­trina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta" (Juan 7: 17). En otras palabras, Jesús les quiso decir que "si ha­ cen lo que yo quiero que hagan, entonces sabrán si lo que yo digo es verdad". Si hacen, sabrán. El hacer viene antes que el saber.

Para el cristiano auténtico, la Biblia es y será siempre su máxima fuente de autoridad.

Principio Nº 2
La Biblia se interpreta a sí misma; son las Escrituras quienes mejor interpretan a las Escrituras.

Cuando estudias la Biblia, deja que te hable por sí sola. Ni quites ni añadas. Que la Biblia sea su propio comentario. Compara Escritura con Escritura. (ejemplo: Genesis 3:1-5)

Omisión: consiste en citar sólo aquella parte del pasaje que conviene y omitir el resto.
Adición: consiste en decir más de lo que la Biblia dice en realidad.

Principio Nº 3
El Espíritu Santo, y ser salvo, son imprescindibles para que podamos comprender e interpretar
correctamente las Escrituras.

No hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido. Debemos estudiar la Biblia con un profundo sentido de dependencia del Espíritu Santo, y recordar siempre que El es quien nos "guiará a toda la verdad" (Juan 16: 13).

Ver las cosas desde el punto de vista de Dios es producto de la accion del Espíritu Santo en aquellos que no sólo han confiado en Dios para su salvación, sino también para su entendimiento. y es fundamental para comprender las verdades del mundo espiritual de un modo apropiado y correcto.

Principio Nº 4
Interpretar las experiencias perso­nales a la luz de las Escrituras y no  la inversa

Nuestras experiencias personales, sean cual fueren­ deben ser confrontadas con las Escrituras e interpretadas en consecuencia. Jamás debemos utilizar el proceso inver­so. No es correcto interpretar la Biblia y decir: Porque he tenido tal y tal experiencia, puedo dar por cierta tal con­clusión.

Con lo dicho no queremos sugerir que la experiencia no tiene valor alguno. Muy por el contrario. La experiencia atestigua la validez de la doctrina. La resurrección de Jesu­ cristo sustancia el hecho de que El es el Hijo de Dios.

Sabemos que nuestra salvación es cierta por lo que hemo experimentado. Pero no podemos formular la doctrina de la salvación basándonos en nuestra experiencia. Más bien llevamos nuestra experiencia a la Biblia para descubrir allí todo lo que ha ocurrido en nuestra vida al dar el paso de recibir a Jesucristo como nuestro Salvador persona1.

Principio Nº 5
Los ejemplos biblicos tienen autoridad cuando los refuerza un mandato específico.

Leyendo la Biblia No tienes que seguir el ejemplo de Moisés y confrontar a los dirigentes de Egipto. No debes seguir el ejemplo del rey David y cometer adulterio o asesinar. Ni has de seguir el ejemplo del apóstol Pedro al negar a Cristo.

Un ejemplo bíblico puede tener una aplicación plena de significación para tu propia vida. Supongamos que estás leyendo el Evangelio de Marcos y te detienes a meditar en este pasaje: "Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba" (Marcos 1:35). Luego de meditar en ello y orar sientes que el Señor desea que pases un rato a solas con El todos los días temprano en la mañana. Esta sería una aplicación apropiada y sería de beneficio indudable para tu vida espiritual.

Sin embargo, si tomásemos esta aplicación y tratásemos de aplicarla a otras personas, seríamos culpables de tomar un ejemplo de la Biblia y hacer de él un mandato. Otra es la situacion si leemos "orad sin cesar" en 1 Tesalonicenses 5: 17,  que es un mandato especifico a la oracion. 

Principio Nº 6
El propósito primordial de la Biblia es el de cambiar nuestras vidas y no el de aumentar nuestros conocimientos.

En la Palabra de Dios podemos encontrar muchas cosas importantes, desde historia hasta ciencia, pero ese no es el proposito principal de este sagrado libro sino el de cambiarnos para que quienes la leamos aprendamos y apliquemos las verdades que allí se enseñan. Las propias Escrituras afirman que ese es el propósito primordial

Principio Nº 7
Cada cristiano tiene el derecho y la responsabilidad de investigar e interpretar la Palabra de Dios por cuenta propia.

Antes de la Refoma del siglo XVI, la palabra de Dios era para muy pocas personas, no habian acceso libre ellas y la gente tenia hambre de saber y conocer personalmente la Palabra de Dios, hoy en dia la situacion es completamente diferente, pero al contrario de los que sucedia ante ahora parece ser que estamos ante un analfabetismo teologico respecto al escudriñar de la Palabra de Dios,  aun teniendo tanta variedad de versiones, comentarios, parafrasis etc. que nos ayudan a comprender las escrituras algunos apenas las usamos para un devocional y le dejamos esta responsabilidad a los pastores, teologos y erudiros, librandonos de leer y escudriñar las profundas verdades para nuestra vida contenidas en la Biblia.

Cada uno es responsable de pesar las verdades que te son comunicadas contra lo que descubras en tu propio estudio bíblico y de formar tus propias convicciones. Tal actitud fue la que ennobleció a la iglesia bereana a los ojos de Lucas. Observemos lo que comenta al respecto: "Y éstos (los de Berea) eran másnobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así" (Hechos 17: 11)

Principio Nº 8
La historia eclesiástica tiene impor­tancia, pero no absoluta, en la interpretación de las Escrituras.

La autoridad de la razón y de la tradición con la autoridad de las Escrituras tienen que ser compatibles. Aunque las tres son importantes y tienen su lugar que les compete, razón y tradición siempre deben ceder ante las Escrituras. Cuando se produce un desacuerdo entre los tres tipos de autoridad, es la Escritura el tribunal último de apelación. Es la autoridad definitiva.

Otro punto que nos permite determinar esta regla es que, la iglesia no ha de determinar lo que enseña la Biblia, sino que la Biblia determinará lo que enseña la iglesia.

Se debe cuidar de mantener una perspectiva equilibrada en estas cosas. Debemos aprender de la historia y reconocer su importante contribución a nuestra fe, y recordar que la Biblia es el único árbitro final en todo lo que a fe y práctica cristianas se refiere.

Principio Nº 9 
Las promesas de Dios a través de la Biblia están a disposición del Espí­ritu Santo para los creyentes de todos los tiempos.
Es importante tener una actitud apropiada al enfocar la atención en las promesas de Dios. El te las ha dado para ayudarte a llevar a cabo su voluntad. Pero muy a menudo las usamos para tratar de obligar a Dios a que haga nuestra voluntad. La Biblia dice: "Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido" (Juan 16:24). Jesús mismo hizo esta promesa. ¿Cómo la aplicamos? Por ejemplo, estás enamorado de alguien y quieres casarte con él o con ella, o tú y tu esposa quieren tener un hijo. Te apropias de esta promesa pero no logras tu deseo. ¿Por qué? Pues posiblemente porque Dios no te dio esta promesa en particular. Tú te la apropiaste. Dios no es siervo o esclavo tuyo: tú lo eres de Él,  y estarias desvirtuando el propósito de las promesas cuando quieres que ellas sirvan tus intereses.

Una promesa constituye el compromiso de Dios de hacer algo, y requiere de tu parte una respuesta de fe ex­presada en obediencia. A veces esa obediencia significa esperar pacientemente en el Señor a que haga lo que pro­metió. En otra ocasión quizá signifique lanzarse a lo desconocido a tomar riesgos de importancia. Las promesas de Dios echan el cimiento para la expresión de fe. La fe es siempre activa, nunca pasiva. Cuando respondes con fe a la promesa de Dios su voluntad se cumple y lo glorificas.
 
Principio Nº 10
Las Escrituras sólo tienen un signi­ficado y han de ser tomadas en su sentido literario
Para lograr cierto nivel de comunicación entre dos perso­nas uno debe dar por sentado que 1º el propósito que conlleva el acto de hablar es el de transmitir ideas, y que 2º el lenguaje es un medio confiable de comunicación que utiliza los diferentes recursos literarios para expresar algo.

Por tanto, la única interpretación cierta es la interpreta­ción literal dentro del contexto. Si no lo haces así pueden resultar toda suerte de interpretaciones fantasiosas.

Principio Nº 11

Interpreta las palabras de acuerdo con su significación en los tiempos del autor

Al estudiar un pasaje, nunca saltes aquellas palabras que no comprendes. Una impresión errónea en cuanto al signi­ficado de una sola palabra puede alterar u ocultar el signifi­cado de toda la oración e incluso del párrafo entero. Aun aquellas palabras que crees entender debieran ser investi­gadas.

Al estudiar una palabra en particular debes establecer cuatro aspectos:
  1. Su uso por el autor.
  2. Su relación con el contexto inmediato.
  3. El uso corriente en la época en que se escribio.
  4. El significado de la raíz de la palabra.
Principio Nº 12
Interpreta cada palabra en relación con la oración de la que forma parte, y a su contexto

Esta regla es complementaria al principio anterior, pues es importante no sacar de contexto una determinada palabra, ya lo vimos con un ejemplo de la palabra FÉ.

Cuando estu­dies, recuerda que, el contexto no siempre se limita al versículo o capítulo inmediatos. Quizá tengas que incluir versículos del capítulo anterior o posterior.

Este estudio del contexto para determinar el significado exacto de una palabra constituye una de las más básicas e importantes reglas de interpretación. Te aseguro que lo usaras una y otra vez en tu estudio de la Biblia.

Principio Nº 13
Interpreta el pasaje de acuerdo con su contexto

Quizá se preguntará: ¿Qué relevancia tiene? Mucha, porque dependiendo del contexto amplio o del contexto específico en el que se encuentre la porción Escritural, podemos aprender muchísimo más de lo que salta a primera vista.

Debemos saber que el contexto es lo que se encuentra antes y después del pasaje que estamos estudiando. El texto que hayamos escogido tiene un contexto específico, es decir, es como si fuera un bloque o ladrillo de una pared. No podríamos sacarlo de buenas a primeras, es necesario ver lo que hay alrededor.

Ahora, debemos tomar en cuenta que el pasaje que querramos estudiar, que podría ser un versículo únicamente, se encuentra inmerso en un contexto amplio, es decir, rodeado por capítulos que hallamos antes y también después.
Tambien nos toca ver que el pasaje que nos propongamos estudiar, se encuentra rodeado por un contexto panorámico, que podemos descubrir cuando tenemos en cuenta el libro en el que está el texto objeto de nuestro estudio.

Entonces no es asunto de escoger un conjunto de versículos y comenzar a sacar conclusiones. Es necesario mirar los tres contextos en los cuales está ubicado: el contexto panorámico, el contexto amplio y el contexto específico.

Principio Nº 14
Cuando se usa un objeto inanimado para describir a un ser viviente, podemos dar por sentado que la afir­mación es metafórica.

La metáfora consiste en un tipo de analogía o asociación entre elementos que comparten alguna similitud de significado para sustituir a uno por el otro en una misma estructura. Una metáfora expone dos cosas en conjunto que permiten la sugerencia a compararse e interpretarse como un solo concepto.

Podemos ilustrar esta regla con aquellas grandiosas afirma­ciones "Yo soy" que nos registra el Evangelio de Juan. Jesús dijo:
  • "Yo soy el pan de vida" (Juan 6:35).
  • "Yo soy la luz del mundo" (Juan 8:12).
  • "Yo soy la puerta de las ovejas" (Juan 10:7).
Claro que Jesús no es ni pan ni puerta en un sentido literal. Ya que se usa un objeto inanimado como el pan para des­cribir al Salvador, puedes dar por sentado que pan ha de tomarse metafóricamente.

Principio Nº 15
Cuando una expresión no tiene rela­ción con la realidad de lo que se describe podemos aceptarlo como lenguaje figurado

La Biblia contiene texto que puede encontrarse ya sea en lenguaje literal o en lenguaje figurado.   En nuestro hablar cotidiano también acostumbramos usar estos tipos de lenguaje.  Cuando decimos "estoy muerto de hambre" la intrepretación literal (al pie de la letra) de esas frases sería un absurdo. En cambio usamos un lenguaje literal cuando decimos "tengo mucha hambre"

Lenguaje Literal en la Biblia

Es de suma importancia para el intérprete saber cuando se usa en la Biblia el sentido literal o el figurado.  Los judíos, y aún los discípulos de Jesús,  se equivocaban seriamente al interpretar de un modo literal lo que el Señor decía en sentido figurado.   Ejemplos: Juan 6:52 y Mateo 16:6 al 12.

El no entender que el Señor habló figuradamente cuando dijo : "Esto es mi cuerpo", fue una fuente de división aún en las Iglesias de la Reforma.  Por tanto, es de la mayor importancia que el intérprete tenga seguridad en este punto.  Las siguientes consideraciones pueden ayudarle a decidir la cuestión:

Lenguaje Figurado en la Biblia

El lenguaje figurado de la Biblia se deriva principalmente de:
  • Los aspectos físicos de la Tierra Santa
  • Las instituciones religiosas de Israel
  • La historia del antiguo pueblo de Dios
  • La vida diaria y costumbres de los diferentes pueblos que aparecen en la Biblia.  
Tales cosas deben ser bien comprendidas para interpretar correctamente las figuras que de ellas se derivan.

Ejemplo: En el Salmo 92:12 leemos: "El justo florecerá como la palma, crecerá como cedro en el Líbano".  El estudiante de la Palabra no puede interpretar bien este pasaje sin estar familiarizado con las características de las palmeras y el cedro.  Si quiere explicar el Salmo 51:9  "Purificase y seré limpio", debe tener algún conocimiento de purificación ceremonial de Israel. etc.

Principio Nº 16
Las principales partes y metáforas incluidas en una parábola presentan ciertas realidades. Debes tomar en cuenta solamente estas partes y me­táforas al sacar conclusiones.

Lo que nos sugiere la presente regla es que no debemos excedernos de los límites deseados para cada parábola. En otras palabras, no intentes extraer más signi­ficación de la parábola de la que en verdad tiene.

Debemos establecer cual es el propósito principal de la parábola y quédarnos dentro de ese marco de referencia. Ciertas pará­bolas te facilitarán la tarea. Por ejemplo, Jesús preguntó en cierta ocasión:
"¿A qué compararé el reino de Dios? Es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo hubo fermentado" (Lucas 13:20,21). Está claro que levadura es la metáfora que se utiliza para aludir a una realidad: el reino de Dios.

Pero en el caso de otras parábolas, tendrás que profundizar más antes de sacar conclusiones. Un buen ejemplo seria la parábola del sembrador en el cual Jesús mismo nos da el significado.

Principio Nº 17
Debes interpretar las palabras de los profetas en su sentido usual, literal e histórico. a menos que el contexto indique un sentido simbolico.

El asunto de las profesias suele convertirse en controversial,  las profecías deben de interpretarse literalmente a menos que el contexto u otra referencia posterior en las Escrituras indiquen lo contrario.

Veamos un ejemplo de un caso donde una referencia posterior de las Escrituras indica que no ha de tomarse literalmente, tenemos la profecía de Malaquías respecto al precursor de Cristo: "He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición" (Ma­laquías 4:5,6). Malaquías declara aquí que Dios enviará "el profeta Elías". Siglos más tarde, cuando apareció Juan el Bautista como el precursor de Jesucristo, se suscitó una gran confu­sión, lo que nos da a entender que la gente de aquellos tiempos suponía que la profecía se cumpliría literalmente. Por otra parte, Jesús dijo que esta profecía tendría un cumplimiento más bien figurado que literal. Jesús declaró en una ocasión: "Porque todos los profe­tas y la ley profetizaron hasta Juan. Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir" (Mateo 11: 13, 14). En otra ocasión, cuando sus discípulos le preguntaron: "¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas. Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos". Al fin los discípulos comprendieron que Jesús decía que Juan el Bautista era el Elías esperado (Mateo 17: 10-13). Juan el Bautista fue el cumplimiento de la profecía de Malaquías.

Principio Nº 18
Revisar el contexto historico biblico de cada pasaje

Para entender mejor un pasaje biblico debemos responder a unas preguntas escenciales como:
  • ¿Para quién fue escrita esta carta (o libro)?
  • ¿Qué podemos saber respecto al escritor: ambiente, pre­paración, etc.?
  • ¿Qué experiencia o situación dio origen al mensaje?
  • ¿Cuáles son los personajes principales del libro?
El objetivo es el de colocarte en el escenario viviente de la época en que se escribió el libro y compartir con la gente de entonces sus penas, pruebas y alegrías. ¿Cuáles eran sus preocupaciones? ¿Cómo veía Dios su situación? Tratar de percibir la intencion del escritor en sus expresiones plasmadas bajo inspiracion del Espiritu Santo.

Principio Nº 19
El Antiguo y Nuevo Testamento conforman una Unidad

La Escritura es una porque es única la Palabra de Dios, único el proyecto de salvacion de Dios y única la inspiración divina de ambos Testamentos. El Antiguo Testamento prepara el Nuevo, mientras que éste da cumplimiento al Antiguo: ambos se iluminan recíprocamente.

Si la Escritura es una, ningún pasaje puede ser estudiado, leído o incluso citado aislado del resto de la Palabra. Nada de lo que pensemos o digamos de la Palabra de Dios puede contradecir a otra cosa. Esto significa, por supuesto, que debemos estar ocupados con la Escritura para que la conozcamos del principio al final y estemos rigurosamente familiarizados con su enseñanza.

El libro de Hebreos constituye un vivo ejemplo de todo esto. A menos que estemos familiarizados con temas como el Tabernáculo, el sacerdocio y el ritual de sacrificios del Antiguo Testa­mento, difícilmente podriamos entender la argumentación pre­sentada en este libro. Hebreos nos explica el propósito y significación de las formas de adoración presentadas en el Antiguo Testamento.

La unidad de las Escrituras se manifiesta también en las frecuentes citas del Antiguo Testamento en el Nuevo. Ma­ teo, por ejemplo, para demostrar que Jesús es el cumpli­miento de las profecías, cita el Antiguo Testamento varias veces.

Principio Nº 20
No es bueno alegorizar hechos y sucesos historicos, pues podrian estar fuera de contexto, a menos que las Escrituras asi lo especifiquen

El problema de la interpretación alegórica lo observamos continuamente. Recuerdo un Señor que me dijo que nosotros vivimos hoy bajo el signo de Aries, porque la Biblia dice que Jesús vivía bajo el signo de Piscis, el pez. Cuando le pregunté por el texto bíblico, señaló Marcos 14.13, donde leemos del hombre que llevaba un cántaro de agua por las calles de Jerusalén y me aseguró que el agua, siendo el ambiente natural del pez, era símbolo del tiempo de Piscis.

Este ejemplo ilustra el problema de la interpretación alegórica de las Escrituras: La Palabra llega a ser masilla en las manos del lector. No hay reglas. Todo es arbitrario, y cada uno inventa su propio sistema de interpretación.

sobre esto Juan Calvino dice: "Sepamos, pues que el verdadero sentido de la Escritura es el sentido natural y obvio, abracémoslo, entonces, y permanezcamos en él resueltamente".


Principio Nº 21
Debes comprender la Biblia grama­tical y sintácticamente antes de poder comprenderla teológica­mente.

Esta regla nos dice que debemos entender primero lo que dice un pasaje antes de llegar a comprender lo que significa.

Ejemplo en la siguiente declaración: "Por­ que si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacri­ficio por los pecados" (Hebreos 10:26). Muchos se valen de este versículo para demostrar que es posible que un cristiano pierda su salvación. El estudio de este versículo en su contexto te conducirá a una apreciación muy dis­tinta. Este pasaje está dirigido específicamente a judíos que continuaban con el ritual de sacrificios de animales anticipándose a la venida del Mesías, sin darse cuenta de que El ya había venido.

Principio Nº 22
No se puede considerar bíblica una doctrina a menos que resuma e in­cluya todo lo que las Escrituras tie­nen que decir sobre el particular

Por ejemplo, hay muchos pasajes del Nuevo Testamento que te dicen que ya no estás bajo la ley. "Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley" (Romanos 3: 28). "Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley" (Gálatas 5: 18). Luego de leer tales afirmaciones, ¿puedes acaso llegar a la conclusión de que la gracia de Dios te libera de toda obligación de vivir una vida santa y disciplinada.

No, de modo alguno se justifica tal conclusión. Podemos ver que sería impugnada por otras declaraciones tales como: "¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el peca­ do para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos  muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva" (Romanos 6: 1-4).

Principio Nº 23
Cuando dos doctrinas presentadas en la Biblia parecen contradecirse, acepta ambas como bíblicas con­fiando en que han de resolverse finalmente en una unidad superior.

Existen unas cuantas contradicciones o paradojas aparentes en las Escrituras. Decimos "aparentes" pues en realidad no lo son. Nos parecen contradictorias porque la mente finita del hombre no puede abarcar ni comprender la mente infi­nita de Dios.

Ejemplo:
  • La trinidad
  • la doble naturaleza de Jesus
  • el origen del mal, etc.

Debemos nuestra lealtad en primer lugar a las Escrituras, y no a un sistema teológico, por bueno que sea. Cuando interpretes la Biblia, no permitas que la lógica humana te haga decir más o menos de lo que en realidad dice.

Principio Nº 24
Puedes considerar que es bíblica una enseñanza que se deriva sola­mente por implicación cuando otros pasajes comparados o relacionados lo apoyan.

Tomaremos en consideración el "razonamiento deductivo". Este es el mé­todo que enfoca el estudio mirando primero el todo para llegar a conclusiones respecto a sus partes, o sea, como en un rompecabezas. Partiendo del panorama total que nos ofrece el rompecabezas armado podemos extraer conclusiones respecto a las partes individuales del juego. En otras palabras, el razonamiento deductivo es el proceso que va de lo general a lo particular.

Al escribir Pablo a la iglesia de corinto se hace obvio que había mujeres que eran miembros de aquella iglesia: "Por­ que he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas" (1 Corintios 1: 11). "Las iglesias de Asia os saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, os saludan mu­cho en el Señor" (l Corintios 16: 19). Tanto Cloé como Priscila eran mujeres. En esta epístola Pablo instruyó tam­bién a la iglesia respecto a cómo conducirse en la Cena del Señor (1 Corintios 11) sin excluir a las mujeres. Por lo tanto, podemos colegir de estos pasajes de la Escritura que las mujeres participaban de la comunión de la Mesa del
Señor.
  • Primera premisa: La iglesia en Corinto recibió instruc­ción sobre la Cena del Señor.
  • Segunda premisa: Esta instrucción no excluía a nadie por razón de su sexo.
  • Tercera premisa: Había mujeres que formaban parte de la iglesia en Corinto.
  • Conclusión: Las mujeres pueden participar en la comunión de la Mesa del Señor.

FIN

Comentarios

  1. Segun el principio 4 q pasa cuando uno vive una experiencia hermosa y Dios no esta de acuerdo con esta... ¿ como se puede interpretar esto?

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    Respuestas
    1. El principio dice: que debemos interpretar las experiencias a la luz de las escrituras, es decir si la experiencia fue buena o mala debemos acudir a las escrituras para saber si estan de acuerdo a los preceptos de Dios, lo que a veces hacemos es querer forzar a que las escrituras y los mandatos de Dios se acomoden a nuestro parecer y/o a nuestro punto de vista, cuando la guia (la Palabra) nos esta mostrando otra cosa.

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